sábado, 15 de agosto de 2015

VALORANDO LO NUESTRO


                                



Muchas veces despreciamos lo nuestro
para desear o envidiar el bien ajeno,
y hasta puede acarrear un siniestro
quien viendo lo malo ignora lo bueno.

Se llega a despreciar una buena esposa
para admirar y desear a la mujer ajena.
O para cambiarla por una contenciosa
que por soberbia y orgullo se envenena.

Ignorando el potencial humano que tenemos
llegamos a despreciar nuestras capacidades,
hasta se llega pensar que muy poco valemos
cuando se idolatra talentos y personalidades.

Abandonando la bella tierra donde nacimos,
cuando por falta de apoyo nos desplazamos,
las mejores tierras de Colombia perdimos
y en María La Baja sin plátano nos quedamos.