Un derecho inalienable
es el de la educación,
y un Estado responsable
le presta mucha atención.
Por ello le da atención
al maestro y su labor.
Para que la educación
siempre sea de la mejor.
Por ello valorará
la labor del buen maestro,
quien al niño formará
para ser un hombre diestro.
Para que sea competente
como futuro ciudadano.
Un ciudadano decente
para el pueblo colombiano.
Sabe que la educación
contribuye a la paz,
al buscar la formación
de un ciudadano capaz.
Capaz de dar solución
a problemas cotidianos,
para que así en la nación
no florezcan los villanos.
Capaz de poder forjar
su propio proyecto de vida,
y así poder encontrar
siempre la mejor salida.
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Haciendo una reflexión
sobre cómo mejorar
la calidad de la educación,
he llegado a sacar
la siguiente conclusión:
Ella es como un balón
que pasa de mano en mano,
dándose la situación
en el pueblo colombiano,
al buscar la solución.
Hoy se pasan el balón
el gobierno y los docentes,
buscando la formación
de alumnos muy competentes
y con buena puntuación.
Propone la dotación
de infraestructura escolar,
el gobierno en su intención
de calidad mejorar
al hacer la evaluación.
La evaluación del docente
en su quehacer pedagógico,
quien debe ser competente
y, por lo tanto muy lógico,
que tenga un salario decente.
Es esta la situación
como cuello de botella
que enfrenta la educación.
La que en calidad se estrella
como si fuera un balón.
El gobierno en su intención
de mejorar la calidad,
propone la evaluación
del docente de verdad
en desigual condición.
Lo ve como una sanción
el gremio de educadores
en desigual condición,
donde quedan los rectores
terciando la situación.
En realidad la evaluación
es buena para mejorar
cuando no implica sanción
para al docente perjudicar
en desigual condición.
Se defiende un buen salario
y educación de calidad;
salario muy necesario
para vivir con dignidad.
Lo cual, sería extraordinario.
Los países educados
pagan bien a sus docentes,
quienes han sido formados
para ser muy eficientes
y ser bien seleccionados.
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