Una nación con ciudadanos críticos
goza de una verdadera democracia,
donde los que son buenos políticos
evitan que esta caiga en desgracia.
Pero con ciudadanos poco pensantes
está condenada al atraso y la violencia,
donde muchos actúan como ignorantes
llevados por el fanatismo e indolencia.
Un país con ciudadanos no pensantes
tiene una educación de mala calidad,
y a las cosas realmente importantes
les resta atención por su mediocridad.
El campo se encuentra abandonado
por culpa de la violencia y la guerra.
Al campesino le toca huir desplazado,
desamparado llega a dejar a su tierra.
Hay pobreza y aumenta el desempleo,
y como la corrupción hace su agosto,
con tanta miseria el caso se pone feo
y la canasta familiar aumenta el costo.
Ante esta dura realidad en la nación,
aparece el falso mesías o salvador,
prometiendo seguridad y salvación,
manipulando, intimidando al elector.
Cual la bestia salvaje apocalíptica,
él embriaga a las masas populares
que, presa de la ignorancia política,
secundan sus intereses particulares.
Falsa democracia reina en la nación
dando pie a mas guerra y violencia,
cuando en medio de la corrupción
no deja de proliferar la delincuencia.
Img. red
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