miércoles, 24 de mayo de 2017

JESÚS Y LA SAMARITANA

               




Predicó el Hijo de Dios
a una mujer samaritana,
quien bien escuchó su voz
con una enseñanza sana.

Siendo de otra religión
escuchó al Hijo de Dios,
quien venció la objeción
como testigo veloz.

No fue ningún extremista
por predicar su religión,
llevando el punto de vista
para tener salvación.

La humilde samaritana
se sintió muy perturbada.
Pero la enseñanza sana
por ella fué bien captada.

No sintió que se violara
su libertad de conciencia.
Ni que no se respetara
su religión o creencia.

La persona inteligente
no necesita pelear,
y el cristiano diligente
no deja de predicar.
(Mt.24;14; Mt.28;19,20)

No se siente amenazado
el quien gusta la verdad.
Pero el prejuicio ha sembrado
el engaño y falsedad.
(2Co.4;4)

Así, la predicación
ha sido proscrita en Rusia.
Pero el Dios de salvación
prende a sabios en su astucia.
(1Co.3;19)

La humilde samaritana
tomó la mejor decisión,
y por la enseñanza sana
dejó falsa religión.
(Jn.4;1-24; 2Co.6;14-18; Rev.18;4)

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