miércoles, 27 de marzo de 2013

ARDILLITA

 



Ardillita rojiblanca
que en el bosque merodeas,
qué un hombre de alma blanca
te conserve y te proteja.

Qué tu hábitat no destruya
ni dañe el ecosistema,
para que lejos no huyas
por tala de bosques y quema.

Ardillita rojiblanca
ya no te contemplo yo,
porque un hombre con su trampa
y honda en mano te mató.

Con el bosque acabó
y se secó la cañada.
La iguana también se extinguió,
la tierra está desolada.

Calentamiento global,
especies en extinción.
Agravándose este mal
con la contaminación.

El hombre destruye su hogar
sin ser consciente de ello,
aunque Dios le dio un lugar
paradisíaco y muy bello.

Img. internet

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