No pasa desapercibido
al ejercer su labor,
con vocación y amor,
el docente comprometido.
Aun sin ser reconocido
va impartiendo educación
buscando la formación
de un alumno competente
que será muy eficiente
al hacer la evaluación.
Su premio, mas que el dinero,
es el reconocimiento
que se le dé en su momento
por educar con esmero,
siguiendo el derrotero
de un proyecto educativo
que es significativo
para el estudiantado,
cuando lo mejor ha dado
el docente recursivo.
Cumpliendo con su labor
bien se sabe preparar
para poder siempre dar
en su clase lo mejor
como buen educador.
No permanece en el olvido
el docente comprometido.
Con su labor sigue contento.
Y es el reconocimiento
el premio al deber cumplido.
Con franqueza de expresión
disfruta de buena conciencia,
en busca de la excelencia
impartiendo educación
con amor y vocación.
Al educar e instruir
encuentra sentido al vivir,
y logra experimentar
que 'hay mas placer en dar
que el que hay en recibir'.
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