LA MEJOR DISCIPLINA

                         

Dar la mejor disciplina
no es gritar y regañar,
es dar la guía que encamina
al niño a  mejorar.

No siempre funciona el regaño
si lo acompaña el gritar.
Puede causar mucho daño
y a la rebeldía llevar.

El gritar o el regañar
no edifica al ser humano;
a quien llega a derrumbar
el prepotente y tirano.

Una palabra apropiada
vale mas que mil regaños.
La palabra despiadada
causa innumerables daños.

De modo que un buen maestro
es el que sabe guiar,
haciendo al alumno diestro
sin gritar y regañar.

Disciplina con justicia
sabiendo el consejo dar,
mucha paz siempre propicia
sin llegarse a enfadar.

Así el respeto se gana,
del menor y del mayor.
Con la disciplina sana
siempre triunfa el amor.

Una palabra de encomio
bien levanta la autoestima,
funciona en el matrimonio
y al desanimado anima.

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