En un tiempo el país vecino
fue la gran alternativa
para aquel que allí se iba
buscando un mejor camino
para cambiar su destino.
Pero el sistema cambió
y la moneda bajó.
Hoy le toca regresar
sin plata para pagar
el dinero que prestó.
Al regresar a su tierra
el impacto ambiental
sigue haciendo tanto mal
como el que hizo la guerra
con las secuelas que encierra:
desplazamiento forzado.
El campo está abandonado
o en manos del gamonal
que maneja el capital
y las tierras ha comprado.
Así el impacto ambiental
también amenaza la paz
si el gobierno no es capaz
de controlar este mal,
y el problema social
de miseria y desempleo.
El caso se pone feo.
La restitución de tierra
qué no reviva la guerra,
porque la PAZ yo deseo.
Img. internet
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