Colombia ha sido noticia
por un proceso de paz
que un premio nobel propicia
para un presidente audaz.
Con el triunfo del NO,
el país también fue noticia,
y el acuerdo sufrió
un revés con gran malicia.
Por el caso de Yuliana
tampoco se queda atrás,
y en la tierra colombiana
aún no se respira paz.
Desde un saboteador
hasta un vil asesino
siembra odio y dolor,
y sufre hasta el campesino.
Cuando el crimen lo comete
un pobre o jornalero,
la justicia hasta arremete
de un modo duro y severo.
Pero cuando el asesino
tiene influencia o dinero,
y no es un pobre campesino,
el juicio es menos severo.
Se espera que esta vez,
ante un acto criminal
en este mundo al revés,
la justicia sea imparcial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario