lunes, 16 de enero de 2017

TERQUEDAD DEL HOMBRE

                         




¡Qué terquedad la del hombre!
Hacerle la guerra a Dios,
desconociendo su Nombre
y desoyendo su voz.
(Isa.42:8; Mt.6;9)

Desconocer su existencia
como fuente de la vida,
ante tanta evidencia
con claridad difundida.
(Sl.10;4; Ro.1;20)

Forjando penoso afán
quiere acallar a su pueblo,
a los que anunciando van
las buenas nuevas del reino.
(Sl.94;20)

Al brotar la mala hierba
como falsa religión,
sus mandamientos observa
pese a la oposición.
(Mt.13; 24-30)

Lo que molesta al indispuesto
a escuchar las buenas nuevas.
Quien está siempre dispuesto
a hacer la guerra que lleva.

La cual, con mucho sigilo
desde tiempo atrás se lleva.
Pues desde el primer siglo
se opone a las buenas nuevas.
(Hch.5;27-42)

Forjando penoso afán
se promulga un decreto,
se amenaza a quienes van
llevando un mensaje discreto.
(1Pe.3;15)

Pero Dios saldrá triunfante
santificando su Nombre.
Y como el gran gobernante
lo debe escuchar todo hombre.
(Ez.36;23-28; 38;23; Mt.17;5)

Nada podrá detener
las buenas nuevas del reino
que Jehová Dios va a traer
como celestial gobierno.
(Mt.24;14; Rev.11;15)

Jesucristo como Rey
ha sido entronizado,
y el del seis sesenta y seis
hacia abajo fue arrojado.
(Rev.13;18; Rev.12;7-12)

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