Mientras se haga lo mismo
y no se cambie de actitud,
no se saldrá del abismo
con la mayor prontitud.
Modelos educativos
diseñados previamente
por sistemas opresivos,
llegan a atrofiar la mente.
Lejos de la realidad
que se vive en el contexto,
para educar en verdad
siempre habrá algún pretexto.
Para garantizar calidad
y educar con amor,
el docente de verdad
debe ser investigador.
Investigar en el aula
cómo aprende el educando,
para enseñar con el alma
y entonces ir mejorando.
Para poder orientar
el proceso educativo
y al niño poner a pensar
con aprendizaje significativo.
Para reducir la brecha
con tanta desigualdad,
y la educación maltrecha
mejorar de calidad.
Para que todo educando
desarrolle el pensamiento,
observando, analizando...
cualquier acontecimiento.
Desarrollando el pensamiento
crítico y matemático,
leyendo con fundamento
sin ser un lector apático.
Para obtener la libertad
como un tesoro preciado,
con justicia y equidad
cuando todo haya cambiado.
Adalberto Díaz Santana
Estudiante Maestría en Educación
Universidad Arturo Prat. Chile
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