La paz no es posesión de todos
pero todos podemos alcanzarla.
No siempre tiene la razón quien cree tenerla
pero todos tenemos acceso a ella,
si con humildad se escucha al contradictor,
dejando a un lado la soberbia y el prejuicio.
No permitamos que estos nublen
nuestra capacidad de raciocinio
ni que nos predispongan al conflicto..
Reconozcamos la derrota
cuando nos toque perder,
no tratemos de imponer la razón por la fuerza
ni con argumentos pobres o agresivos.
No hiramos con nuestras palabras
ni con golpes físicos.
Son el argumento del incapaz
que no quiere la paz.
No pongamos en boca del otro
palabras que no ha dicho.
Esto sólo genera violencia
y coloca obstáculos a la paz.
No sigamos debates que no conduzcan a nada
ni discuciones que sólo generen fricciones.
Recordemos que 'donde no hay leña se extingue el fuego'.
No 'demos coces contra el aguijón'
ni pretenda el terco salirse con las suyas.
'Se siega lo que se siembra'.
Tarde o temprano la verdad siempre aparece
y sufrirá la vergüenza quien pretenda la razón sin tenerla.
Y lo que es peor:
Nuestra conciencia nos seguirá aguijoneando
cuando sin tener la razón la pretendamos.
A menos que nos hagamos insensibles e irrazonables.
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