lunes, 24 de diciembre de 2012

EL SABIO Y EL IGNORANTE


                    

En una conversación
del sabio y el ignorante,
se llegó a una conclusión
en realidad interesante.

El sabio se sentía bien
por conocer la verdad
y el ignorante también
viviendo en la oscuridad.

Con mucha sabiduría
el sabio el verbo explicaba
pero con altanería
el ignorante replicaba.

Con gran profesionalismo
el sabio todo explicaba
y con cierto excepticismo
el ignorante refutaba.

Sintiéndose afortunado
en su propia oscuridad,
pensaba que era amargado
el sabio en su soledad.

Pues en realidad el sabio
agrada a poca gente.
Aunque el zote en su resabio
sea poco inteligente.

Poniendo fin al asunto
el sabio se fue feliz
y el ignorante en su punto
no se sentía infeliz.

El sabio no es infeliz
por llevar vida consciente,
y el ignorante es feliz
llevando vida inconsciente.

No obstante la sabiduría
conserva vivo a su dueño,
y la ignorancia día a día
conlleva a un profundo sueño.

Siempre la sabiduría
conlleva a vida a mejor.
La ignorancia  en su osadía
puede llevar al error.

De modo que es ventajoso
ser sabio en este mundo.
Porque es desventajoso
caer en un hoyo profundo.



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